Por: SomarieQuijano
En
los días previos al Día de los Padres, siempre era la misma búsqueda: una
camisa de rayas finas verticales, preferiblemente azul y médium. Jamás una camisa roja. Había años que no era
tan fácil encontrarla pero, por lo general, siempre aparecía la que cumplía con
todas las especificaciones de un caballero que le gustaba el buen vestir.
Cuando
abría el regalo inmediatamente miraba el tamaño, si era médium estaba bien
linda y perfecta; si no lo era, estaba bonita pero decía…"hay que
cambiarla”. No importaba si corría pequeña.
Ahora entiendo que no era una simple exigencia o capricho. Era parte de
su forma de ver la vida y hacer su vida.
Al
igual que las líneas finas y verticales de su camisa, siempre trató de que su
proceder fuera sencillo pero impactante. Como ingeniero de profesión siempre
vió la vida de forma lineal y planificada. Para él todo tenía un principio y un
final. Todo se terminaba con el mismo entusiasmo que se comenzaba. Todo llevaba
la misma proporción. El color que prefería (azul), por excelencia está identificado
con la conciencia celestial, la verdad, la armonía, la tranquilidad y la
esperanza. Valores que aquellos que lo conocieron saben fueron parte de su
esencia. Y Médium, porque así era él, mediano. Ni muy grande para estar incómodo
ni muy pequeño para pasar desapercibido.
Recuerdo
con cariño los descabellados viajes a la playa el concurrido Día de los Padres.
Con “hibachi” en mano nos lanzábamos a la aventura de pasar ese día entre
cientos de familias camuyanas que se apresuraban para acomodarse en las escasas
sombras de los uveros. Por suerte, tenía primos mayores y “fiebrús” que hacían las
delicias de los pequeños con sus “buggies”, con los cuales peinaban las dunas de la playa Los Pinos ante
los incrédulos ojos de nosotros los chiquitines. Momentos divinos que ya solo
se reducen a recuerdos inolvidables.
Para
los que tienen la fortuna de tener a sus padres vivos y poder compartir con ellos este Día de los
Padres les sugiero que lo disfruten mucho, que los cuiden, que compartan y atesoren
ese momento como si fuera el último. Porque podría serlo.
A
los que, al igual que yo, no tienen a su
papá consigo en este día para celebrar, sinceramente no tengo mucho que decir.
No los voy a consolar porque yo no tengo ese sentimiento para compartir. Porque
para ser sincera; yo sí quisiera que estuviera, yo sí le daría al tiempo hacia atrás, yo sí extraño,
añoro y pienso en los maravillosos momentos que pasé con él.
Este
día de los padres por tercera vez compraré flores para obsequiarlo. Pero les
confieso que, daría cualquier cosa por
correr a comprar la camisa de rayas finas verticales, preferiblemente azul y
médium.
Felicidades
papá!!!